Son muy diferentes las formas que tiene nuestro organismo de avisarnos de que algo no va bien. A través de diferentes sensaciones como angustia, ansiedad, tristeza mantenida, dificultades para desconectar y divertirnos, dificultades para dormir, también a través de pensamientos recurrentes o de dolores de cabeza, mandíbula, pecho, estómago, articulaciones, etc. nuestro cuerpo nos manda señales que nos indican que tenemos que valorar que algo está ocurriendo y debemos revisarlo.
Si profundizamos un poco en ello, podremos ver cómo, detrás de estas señales, nos encontramos dificultades en algún contexto y/o relación que parece entrar en una espiral.
Reconocer que tenemos una dificultad y dejarnos acompañar es un síntoma de salud y el primer paso para buscar alternativas más adaptativas a las dificultades que encontramos.
También puede ocurrir que tu organismo no esté mandando señales, que consideres que hay una estabilidad en tus diferentes relaciones, pero te apetezca compartir tus vivencias para reconocer tu forma de vincularte, de reaccionar y valorar alternativas desde la perspectiva del crecimiento personal.
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